domingo, 21 de septiembre de 2008

Arte y Fotografía/Apuntes de Shiva, Esculapio y un shaman para la salud

Máquinas musicales terapéuticas/Laboratorio Plasmaht de Ariel Guzik G.



Interior del laboratorio Plasmaht, con "las mellizas", una paciente simulando a "Blanca Nieves" o a una cosmonauta y diseños de Ariel al fondo.

Hace unos meses fui al Laboratorio Plasmaht, de Ariel Guzik, un lugar hermoso en San Ángel, al sur de la Ciudad de México. Mi amistad con Ariel empezó hace 17 años, cuando sólo era mi médico iridólogo-herbolario, el tiempo se encargó de que lo dejara de ver como mi médico para que tuvieramos una amistad y un aprecio un tanto suigeneris. Pero mi admiración por su dedicación, entrega y conocimientos sobre una de mis grandes pasiones, la herbolaria y las medicinas tradicionales, es algo que ha crecido y se ha mantenido. Aunado al hecho de que es una de las personas más geniales que he conocido, además de que posee conciencia social, política, ecológica y un amor por los seres vivos del planeta (animales y plantas). Sus diseños, máquinas y proyectos son una muestra de dicha genialidad. Una de sus hijas o creaciones es una hermosa "niña" llamada por los cuates "las mellizas". Esta magnífica pieza paralela con planchas de cristales de cuarzo, cuerdas y madera, saca una música que parece ser tocada por ninfas o ángeles. En medio de dichas estructuras hay una cama para que se acueste un paciente. la máquina tiene una función mística- terapéutica que la hace única.



Para mayor información se recomienda que se comuniquen al laboratorio. La experiencia es única y sumamente recomendable. Los niveles de estrés disminuyen significativamente y ayudan a entrar en estados de conciencia más elevados, incluso.
El laboratorio entre sus finalidades, es la de despertar la conciencia y el amor por el bienestar de las criaturas del planeta. Ariel y su equipo de trabajo están en un constante desarrollo de proyectos y máquinas que ayuden o motiven a llegar a dicho fin. Vale mucho la pena ayudar a personas que realmente están comprometidas en el bienestar de nuestra Madre Tierra.
Laboratorio Plasmaht.
Tel. 55 50 73 21 (Cd. de México).


Fotografía de Paola Parra Fernández. Interior del Laboratorio Plasmaht de Ariel Guzik.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Ficción y creación (Lit.)

LAS GOTAS DE AGUA




Por Paola Parra Fernández.

A mi abuela, la médico-cirujana
Ma. del Socorro Abrego Rico,
en memoria.

Abrió los ojos, levantó la mirada hacia el techo. Empezó a escudriñar las gotas de agua que se filtraban y que poco a poco empezaban a inundar el cuarto. Asustada volteó a ver a Lucha, quien seguía dormida en su cama...
Entró en un sueño profundo. Abrió los ojos al escuchar el ruido del despertador. La casa se agitó con las labores domésticas matutinas. Las tortillas para la carne y el chocolate de Oaxaca, como siempre, cada mañana eran preparados por las mujeres de la casa, mientras el padre cocinaba la carne. Abruptamente y a escondidas, la mitad de la taza del oloroso líquido fue expulsado por el fregadero, con temor de llegar tarde a la facultad.
Tomó el tranvía que la llevaría de la Colonia Roma al “Centro”. Caminó como otros tantos estudiantes hasta la Plaza de Santo Domingo. Era una época en la que el ir adecuadamente vestido, y con el reglamentario sombrero era importante para todos aquellos que se decían tener “educación” como los jóvenes universitarios. Entró en la famosa “Casa Chata”, su Facultad de Medicina, la antigua Inquisición. Subió las soberbias escaleras y entró al aula.
Casi al medio día, mientras algunos de sus compañeros y una que otra estudiante iban al cine a ver la última cinta de Bette Davis o Greta Garbo, ella prefería estudiar uno de los anchos tomos de anatomía humana en su hora libre, en el silencioso anfiteatro que estaba en el último piso del edificio. En la puerta, un hombre como “zorro plateado” por las canas y vestido impecablemente, la esperaba. Ella le tomó el brazo y se dirigieron hacia la calle de Antonio M. Anza. Se bajaron del tranvía, caminaron y entraron a la casa. Los guantes y los sombreros se dejaron olvidados en la mesa, mientras se terminaba de preparar la comida.
La tarde transcurrió sin problemas. Los ocho hijos le ayudaban a la madre con las labores domésticas. Un problema cardiaco la imposibilitaba. La hija mayor después de hacer su parte, reanudó su estudio. Ciertas patologías del área de la gastroenterología eran su objeto de investigación. La noche llegó y la madre sirvió la merienda. Después la casa volvió a estar en calma, el baño y la cocina hasta el fondo, separados únicamente por una cortina. En la entrada, la gran mesa rectangular flanqueada de un sinnúmero de sillas y alrededor, las camas. Ni un ruido se escuchaba, probablemente en la lejanía se oían las pisadas del “sereno” o de algún transeúnte.

Desde lo alto del primer piso, una mirada vio como atravesaba el patio de la facultad. Al subir la escalera y casi al final de un corredor se encontró con Manuel Velazco Suárez, se saludaron y juntos vieron a lo lejos al médico Mario Torroella. Se sentaron y empezaron a estudiar temas de neurología, área de la medicina que se le facilitaba al joven Manuel. Era una hermosa mañana de 193... y Socorro disfrutaba del sabor de un helado y de la compañía de su amigo. Parecía que por un momento el tiempo se había detenido y el futuro se veía muy lejano, en ese momento nadie se preocupa por él, sólo importaba el presente y el interrogatorio del profesor sobre el funcionamiento del sistema nervioso central.




Pasaron los días, abrió los ojos y se topó con la mirada de su padre, hombre serio y firme. Con el tiempo él se volvería casi un símbolo de su idolatría. El susurro del rezo de las vísperas y el rosario era interrumpido sólo cuando él dirigía tales tareas religiosas y llenaba el aire con una voz fuerte y áspera. Socorro seguía sin problemas las oraciones, posiblemente al mismo tiempo que pensaba en las infinitas posibilidades que las almas tendrían al estar en el cielo, en el tan anhelado cielo... Sólo en tales momentos la futura médica dejaba de pensar en todas las cosas que tenía que memorizar, comprender y practicar para ejercer ejemplarmente su profesión.

Socorro abrió los ojos, levantó nuevamente la mirada hacia el techo. Empezó a escudriñar las gotas de agua que se filtraban y que poco a poco empezaban a inundar el cuarto. Asustada y con sus ojos grandes bien abiertos volteó a ver a Lucha, quien seguía dormida en su cama. La desesperación se apoderó de ella al sentir que el agua la podía ahogar, pues faltaba poco para que cubriera la superficie de la cama. La encargada entró y revisó a Lucha, quien seguía durmiendo. Se dirigió hacia Socorro, la vio y la tocó. El agua había desaparecido y al poco tiempo entró mi mamá, la cual acababa de llegar, como casi todas las mañanas. Al darse cuenta, la noticia se propagó entre la familia y Socorro ni se enteró de lo que ocurría. Ella abrió los ojos, pero esta vez no había nada, ni agua... ni techo... ni cielo... nada, sólo una obscuridad total. La cual se transformaría en las representaciones mentales a las que estaba acostumbrada y que eran parte de su cotidianeidad y que por varios meses serían su mundo. Muy pocas personas se enterarían de esto, ya que la mayoría de sus familiares y amigos pensaban que ella debía estar junto a San Pedro, rodeada de ángeles y almas buenas. En ese ya mencionado mundo o dimensión estaba atrapada y terriblemente aburrida. Como están las almas al creerse vivas, a pesar de que el cuerpo ya no exista y tan sólo sea un recuerdo... como las gotas de agua del techo.

sábado, 1 de marzo de 2008

Arte y fotografía

Gatolandia o Felinandia

Perdón por la tardanza en escribir o plasmar algo en el blog, pero las múltiples actividades que me ocupan me lo impidieron. Pero... ¡ya estoy de vuelta! En esta ocasión más que arte, lo que se dice arte, pues no es, sin embargo, puse unas imágenes tiernas de diversos felinos, para los amantes de los mismos.



Mis dos hermosos retoños: Jasón y Giorgio tomando la siesta (permanente, ja, ja).






Acercamiento a Giorgio, el gato lleno de energía y vitalidad, como pueden ver. De hecho está tan gordo como Totoro.





Para los que no sepan quién es Totoro, aquí se los presento, es el personaje de una hermosa película japonesa del magnífico director de animación japonesa, Hayao Miyazaki. Totoro es el pequeño animalito que está acostado y en el que todos los personajes están encimados o dormidos sobre él.





Continuando con niños dormidos, vean a estos cute kittens




Jasón, mi niño de 4 años, acuario por haber nacido en febrero, lo vemos como explorador metiche que es, aquí revisando minuciosamente el librero que en noviembre o diciembre llegó a casa.





Les paso 2 fotos de "mi sobrino" Sasha, un ruso azul, pachón, muy guapo, juguetón y medio "salvaje" que cada vez que lo quieres acariciar (mientras no sea su papá, porque a él no le hace nada) te quiere morder.





La hermosura de los tigres es innegable, en este caso están muy tiernos, aunque no siempre son captados por un lente de esta manera, pero vale la pena disfrutarlos de cualquier forma, excepto disecados, destazados y vendidas sus partes en mercados (negros o públicos), en casas de ricos como "lindos gatitos", cuyas garras les quitan o los tienen en condiciones no aptas para ellos y en circos donde su dignidad de gran felino se merma parcial o completamente.





Para que se les derrita el corazón con tanta belleza y majestuosidad en potencia.








Para cerrar esta primera galería felina, ponemos a una tigresa con su nene, ambos de Bengala, de la India, un lugar lleno de simplezas y complejidades, como cualquier paradoja.

sábado, 5 de enero de 2008

Bharat (India) y vecinos

Las viudas en la India ¿castidad contra erotismo? (Parte 1)

(Viudas, vestidas de blanco, en un ashram)

Ponencia presentada en el Congreso Nacional ALADAA,
El Colegio de San Luis, 2005

Por Paola Parra Fernández.

Uno de los temas más controvertidos de la historia social y de género en la India es el de las viudas. Alrededor de su figura se han gestado diversos mitos, interpretaciones e incluso, “conclusiones tajantes”. La situación social, moral, religiosa, económica, sexual, familiar, política y de cualquier otra índole de estas mujeres ha sido estudiada por diversos investigadores y es un campo rico difícil de agotar.
Al hablar de las viudas en India no podemos utilizar únicamente una situación como modelo explicativo. La vida futura que pueda poseer una mujer recién enviudada depende de diversos factores, su situación económica de dependencia o independencia; sus creencias religiosas y las de la familia de su antiguo esposo; su casta (entre las hindúes); su educación escolar; su relación familiar (específicamente con sus hijos adultos o los suegros); la manera de enfrentar los problemas ante la vida y la honorabilidad de la familia, entre muchos otros.
En este trabajo expondremos algunas generalidades sobre la situación de las viudas en la India contemporánea, su papel en la sociedad, los tabúes religiosos y sociales que se tejen alrededor de su figura y los conceptos sobre castidad, sexualidad y segundas nupcias. Así como también la vulnerabilidad que poseen aquellas viudas que son objeto de acoso o violencia sexual. Finalizaremos con el análisis de ciertas obras literarias y cinematográficas que presentan la situación de la viuda en el campo de su sexualidad.
En términos generales podemos hablar de ciertos modelos o situaciones que condicionan la vida y la sexualidad de las viudas indias contemporáneas, especialmente, entre las hindúes:

(Burning of a widow or sati, s. XIX)

1.- Primer modelo. Señala la obligación de la viuda de permanecer casta el resto de su vida, sin posibilidad de un segundo matrimonio y por ende, de una vida sexual activa. Aunque el caso más extremo entre los hindúes ortodoxos es la sati o incineración de la viuda junto al cadáver de su marido, lo cual no es lo más común, de hecho es muy raro, un acto casi heróico, pero aún hoy en día se llega a realizar a pesar de que está prohibido por el Estado .
2.- Al segundo modelo se le suma además de la castidad y la imposibilidad de un segundo matrimonio, el abandono y/o la fuerte presión (familiar o social) para que dichas mujeres lleven una vida ascética en lugares de peregrinaje como Brindavan, Benares o Mathura. En donde son vulnerables y susceptibles de padecer acoso sexual (las viudas todavía jóvenes), discriminaciones y una vida de miseria.
3.-Tercer modelo. Es la opción de un segundo matrimonio, pero dentro de la misma familia del antiguo esposo, ya sea con algún cuñado u otro pariente político cercano. Esto se hace con el fin de mantener los bienes o la riqueza adquirida con la dote o en el mejor de los casos, teniendo una postura más positiva y dependiendo de los lazos fraternales, para “ayudar” a la viuda a recobrar su estado “ideal y auspicioso” de mujer casada. Pero esto podría indicar que la mujer no es valiosa en sí misma, sino por su capacidad de ser la depositaria del honor, del nombre patrilinial a través de los posibles hijos. Además en muchos de estos casos, la mujer no es la que decide realmente con quien casarse, sino sus suegros u algún otro pariente.



(Viuda, quien afortunadamente vive de trabajar como costurera, aquí con su hija)


4.- Cuarto modelo. La posibilidad de elección de la viuda de un segundo matrimonio. Entre las mujeres de castas bajas es más permitido que las viudas puedan casarse nuevamente con otro hombre perteneciente o no a la familia de su primer marido. Aunque, obviamente el que una mujer de casta baja (o también alta) decida por cuenta propia su futuro conyugal y sexual, depende como ya dijimos, de su independencia económica, sus principios morales y religiosos y por ende, su mentalidad y libertad.
5.- Quinto modelo. La opción de una vida sexual y económicamente productiva a través de la prostitución. Esta situación en términos generales puede poseer cuatro o más variantes, en las cuales su honorabilidad como mujer “decente” deja de existir totalmente. En la primera, la viuda por inclinación personal decide vivir así, teniendo posiblemente, otras opciones de vida. En la segunda, debido a su falta de preparación educativa o laboral, a su antigua supeditación económica al marido y a su necesidad creciente de manutención personal y familiar, la viuda se ve orillada a tener relaciones sexuales a cambio de dinero, comida, etcétera. En la tercera, los mismos parientes (políticos o consanguíneos) la obligan a tener este tipo de empleo, del cual ellos se benefician económicamente. En la cuarta, la mujer sola y desprotegida es obligada a prostituirse por dueños (as) de burdeles, traficantes de servicios sexuales, hombres ricos y/o poderosos, policías, trabajadores o servidores de ashrams, entre muchos otros.
6.- Sexto modelo. La libertad personal para elegir una vida de continencia sexual sin la intervención de presiones externas es factible. Como también la posibilidad totalmente contraria de tener una vida sexual activa sin la necesidad de un contrato matrimonial, pero sin ser un intercambio comercial. Pero en estos dos casos opuestos, realmente es la mujer, la viuda la que decide su futuro y tiene pleno control de su erotismo y sexualidad, lo cual es importante.
Estos son tan sólo algunos modelos que deducimos a través de ciertas fuentes. Simplemente son formas de representación de algunas de las diversas realidades cotidianas de las viudas.


I Un poco de historia

Entre el imaginario social occidental, la situación de las viudas indias se vincula común e inmediatamente con la sati o quema de la esposa con el cadáver de su marido. Insinuando que incineraciones masivas de mujeres vivas se han realizado a lo largo de la historia de la India, entre todas las castas y comunidades que la forman. Pero en realidad esta práctica no ha sido la más extendida en la sociedad hindú, aunque sí la más exaltada desde el período británico. La sati la podemos comprender al conocer los significados que posee el matrimonio hindú (es la unión espiritual, física y mental plena y total, inseparable aun después de la muerte). Pero también estamos conscientes que precisamente estas características han sido los pretextos para obligar a un amplio número de viudas a cometer “suicidio” . Así, se manipula la tradición, los textos y las creencias a favor de la familia del esposo, aunque siempre han existido y habrán personas que interpreten las escrituras, las costumbres, la ideología y las acomoden a su conveniencia tanto en India como en cualquier lugar del planeta.
El comportamiento adecuado de una mujer casada y de una viuda hindú está condicionado por reglas morales y religiosas, en las que el ideal de la “buena esposa” o pativrata es indispensable. Para que una mujer sea una pativrata necesita ser completamente fiel a su marido (el primero es el único y verdadero -entre muchos sectores de la sociedad), dedicarse completamente a él y a su familia. El tener una pativrata es sinónimo de poseer una mujer auspiciosa, que da honor personal y familiar y por ende, es una bendición. Bajo este ideal el mundo de la esposa gira alrededor de su marido. Al morir éste ese mundo se ve modificado completamente. Ideal y simbólicamente la esposa es la mitad del marido, al morir él, ella de alguna manera también muere, es por eso que en muchos casos a la viuda se le considera “muerta en vida”, además del ostracismo social que puede sufrir. Pero a pesar de la muerte del esposo, su unión ritual con él es permanente, indisoluble he ahí porque muchos están en contra de las segundas nupcias para las viudas, aunque a los viudos sí se les permite el casarse cuantas veces se requiera.
La viudez femenina ha sido considerada constantemente como el resultado o karma de alguna trasgresión efectuada en vidas pasadas y por ende, un crimen castigable. Esta idea es fundamental entre ciertos sectores, ya que puede condicionar el trato otorgado a las viudas, además que muchas de ellas sufren culpabilidad por la muere de su esposo. Entre los tabúes existentes, ellas pueden ser consideradas como “ave de mal agüero” para las mujeres que se van a casar y por ende, están excluidas de cualquier ritual o ceremonia nupcial.