sábado, 8 de diciembre de 2007

Apuntes de Shiva, Esculapio y un shaman para la salud

Centro Naturista de Terapias Tradicionales Alternativas Mayahuel



Revisando algunos papeles, me encontré con un diploma fechado en 2004 y otorgado por el centro arriba mencionado. Dicho diploma perteneció al Curso de herbolaria y ortopedia alternativa (1er nivel). Entre el 2003 y el 2004 cada sábado iba desde el Metro C.U. (al sur de la ciudad) hasta Tultitlán (Edo. de Méx.) hasta el norte, después de hacer un transbordo y de llegar al Metro El Rosario, tomaba un camión que hacía una hora de camino, pero me dejaba en la calle en dónde vivían mis queridos maestros y "curanderos" sabios Xóchitl Rivas y José Luis Ramírez. En total era un trayecto de ¡dos horas!, pero el esfuerzo se veía premiado por las clases y las excelentes charlas extras que teníamos.
Mi mamá algunos años antes ya había tomado algún curso con ellos, de herbolaria y ortopedia indígena, además de que habiamos ido a un dispensario para consultas. El método de diagnóstico era y es muy especial, ya que através de un "análisis" de la columna vertebral y de una oscultación en el vientre, ambos determinaban las dolencias o problemas del paciente. Los conocimientos de los dos se complementaban y aunque sabían casi lo mismo, sus especialidades los marcaban un poco. José Luis era muy bueno para las plantas debido a sus cursos en la Universidad Autónoma Chapingo y Xóchitl en el manejo de sus manos para diagnosticar y palpar las víceras. La gente, sin exagerar, se congregaba en gran número, siempre había muchas personas que querían pasar con ellos, de diversos estratos socio-económicos.
La ortopedia que me enseñaron y a otras tantas personas provenía de una tradición indígena del Estado de Morelos, no era muy "delicada', pues era un poco ruda, pero muy efectiva y no lastimaba al paciente, pero el masaje que se daba no era para relajarse como en un spa. Se utilizaban ventosas para alinear y acomodar los espacios intervertebrales sacar los "malos humores" y "enfriamientos". La habilidad del curandero era indispensable y Xóchitl era maestra en eso.


Los recuerdo con cariño y por desgracia ya no están ni si quiera a dos horas de camino, sino a varias horas por los miles de kilómetros que nos separan, en el viejo continente y aunque la distancia física es mucha, la de la mente o el corazón no lo es. Sus conocimientos y clases las recuerdo con mucho cariño y son unos excelentes médicos, que además sabían de filosofías y tradiciones prehispánícas al ser miembros de un grupo de danza conchera. El sincretismo cultural y de conocimientos médicos era patente en ellos y les agradezco lo que nos compartieron.

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